martes, 1 de julio de 2008

El Hombre Araña de mi barrio

por Washington Cucurto

Ayer conocí a un tipo fuera de serie, un hombre que no para pese a todos los inconvenientes: el Hombre Araña del Tren de la Alegría. En la Plaza Almagro, mientras jugaba con mis hijos en la arena, apareció de la nada, saltando las rejas del arenero un Hombre Araña que bailaba al ritmo de una cumbia de Gilda. Fue una revolución; los niños se le tiraban encima, lo abrazaban y lo llenaban de besos, el superhéroe barrial de andrajoso traje de superhéroe recibía todo el cariño popular. Me quedé mirándolo, con mi hija en brazos, extasiado, soñando con ser él. Este Hombre Araña es de verdad, tiene gusto a Almagro y es mil veces mejor que el de Hollywood porque es real. ¡Si usted viera con qué amor saludaba a todos los chicos, abrazaba a quien se lo pidiera, no se cansaba de sacarse fotos con todas las madres embarazadas, y ensayaba las más cómicas piruetas para la felicidad de los locos bajitos! Fueron diez minutos de amor barrial. Soy un animal y no me atreví a acercarme. Y entonces, en medio de besos y húmedos abrazos llenos de arena, este señor de incalculable éxito infantil, se me acercó y me susurró al oído, detrás de su máscara de tela de araña azul y blanca. –Disculpe, ¿es usted el señor Cucurto? Le dije que sí y me pidió ayuda. – Estoy re mal, señor Cucurto, me encanta ser el Hombre Araña, pero si seguimos así, vamos a tener que vender el tren y voy a dedicarme a otra cosa. Gano 30 pesos por día. ¿Usted podría escribir algo en su columna? Tal vez lo lea algún político. ¡Se lo agradecerán todos los niños de Almagro! Antes de irse, me gritó desde la baranda del Tren de la Alegría. ¡Acuérdese de mí, señor Cucurto, amo ser el Hombre Araña! Mientras lo veía alejarse de Almagro por el paisaje de álamos y parrillas con gusto a Racing pensé que estaría bueno que el kirchnerismo o Moyano o la gente del Congreso campesino salven al Hombre Araña de mi barrio. Y perdonen, corrí y escribí esto, si para algo debe servir una columna de diario, debe ser para ayudar al Hombre Araña.
de la ciudad de la furia (Critica de Argentina)

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